By Daniel Anell
A través del Método de Planificador Proactivo en las obras se logra reducir la variabilidad de los procesos haciéndolos más confiables y se eliminan los tiempos muertos, esto permite obtener buenos resultados y satisfacer las necesidades de los clientes.
El concepto de planeación es esencial en la industria de la construcción sin importar la complejidad del proyecto ya sea en obras civiles o edificaciones. Para lograr esto es indispensable diseñar un sistema que tenga como fin reducir la variabilidad de los procesos haciéndolos más confiables, eliminar tiempos muertos y evitar conflictos entre obras (como cuando dos contratistas quieren trabajar al mismo tiempo). Logrando la sincronización de todos estos procesos se obtiene una planeación proactiva.
En la construcción es fundamental aplicar a cada obra una planificación acorde a sus características y para ello se utilizan tres herramientas clave:
1. Programación de largo plazo
La planeación al inicio del proyecto sirve como una guía para el desarrollo de la obra en general.
2. Programación intermedia
Contempla entre 4 y 12 semanas de actividad haciendo ajustes y planes con contratistas de tal forma que ellos puedan estar listos en el momento en el que se necesita, para ello:
3. Programación semanal
Esta planeación se hace en el sitio de la construcción aprovechando que el planeador está con los obreros. Día a día se trabaja de una manera sincronizada, para lograr que no haya demoras en el proceso de construcción. El supervisor y los obreros se reúnen diariamente para revisar el programa de trabajo detectando desviaciones y demoras haciendo planes de acciones correctivas. De esta manera supervisor y obreros trabajan para buscar oportunidades de mejora en equipo.
Es necesario tener estas tres visiones para tener un proceso de planeación efectivo, platique con los expertos de TBM para que sus procesos constructivos logren estos resultados.
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